miércoles, 6 de octubre de 2010

Subida a los Lagos de Covadonga

Son la mayoría, los que llegan a los Lagos de Covadonga y se conforman con un paseo por los alrededores del aparcamiento, disfrutando de sus preciosas vistas. Otros, llegamos con el propósito de realizar una ruta, aparcamos el coche preparamos los bártulos rápidamente para poder salir cuanto antes hacia nuestro objetivo, yo ya lo he hecho algunas veces.
En muchas ocasiones, pasamos con vistas dignas de un poster o de una postal sin darnos cuenta de que existen.
En esta ocasión, me propongo aparcar el coche, no en los Lagos sino en Covadonga a 12 kilómetros de los Lagos y subir caminando la mítica carretera.
Son las 8,40 de la mañana, hace poco que a amanecido y está frío cuando nos ponemos en marcha, a estas horas estamos solos en Covadonga.
Desde la rotonda, cerca del Santuario, la subida consta de 12 kilómetros en los que salva un desnivel de 962 metros, lo que supone una pendiente media del 6,87 %. Caminamos rodeados de vegetación que en algunos tramos es tan densa que no deja pasar la luz del día y el sol todavía tardará en salir.
Pasamos junto al Mirador de los Canónigos y hacemos unas fotos a la Basílica, después continuamos con la subida, y buen paso llegamos al tramo más duro, La Huesera, se encuentra entre los kilómetros 7 y 9, una casi recta de 800 metros, con rampas del 12 y el 15 %. Desde este punto parte una ruta, corta, pero que es preciosa, la ruta a la Cruz de Priena, con vistas espectaculares sobre Covadonga.
Desde luego, vista La Huesera desde abajo para subirla andando llama la atención.
Seguimos para arriba, a estas horas parece que en Covadonga ya han dado salida a los micro buses, autobuses y coches que ya no nos dejaran tranquilos en todo el día.
Llegamos al Mirador de la Reina, aquí es necesario parar un poco a reponer fuerzas y hacer una fotos, también tenemos la compañía de algunos excursionistas, que han subido en unos autobuses que están aparcados. Les "patuques" ya duelen un poco.
En el Mirador de la Reina hay un área recreativa muy cómoda para comer y descansar, desgraciadamente para nosotros, no podemos quedarnos y tenemos que seguir.
Continuamos carretera arriba, que vuelve a ponerse "pindia", ahora caminamos por rampas del 14 y 15 % de desnivel, y a estas alturas cualquier cuesta, cuesta. Después de no pocas revueltas de la carretera, con bastante esfuerzo por nuestra parte, alcanzamos por fin la zona llana antes de llegara LesVeleres, esto ya es otra cosa, al principio casi no me acordaba como se andaba por lo llano, respiramos un poco, tenemos que seguir, son las 12 menos cuarto y sobre las 12,10 damos vista al primero de los lagos, el Lago Enol, que está a 1.000 metros de altura y es el más grande. En las profundidades del Lago Enol se encuentra la Virgen de Covadonga, que una vez al año cuando las fiestas de los Lagos la sacan al exterior. Vigilante sobre el lago está La Porra de Enol, un hermoso pico que nos permite ver desde su cima muy lejos a su alrededor.
Descendemos la carretera hacía el cruce del aparcamiento de Buferrrera y al Lago Ercina, hacia la mitad, está el monumento a los fallecidos en accidente de elicóptero. La bajada y el resto del camino se hace duro, ahora el calor es insoportable, ya me huele la piel a quemado.
Hay mucha gente y muchos coches, el aparcamiento de Buferrera está casi lleno y después comprobaríamos que arriba estaba lleno.
Las vistas son preciosas sobre el lago Enol, el aparcamiento de Buferrera y todo su valle, el Centro de Interpretación, que ahora lo vemos desde arriba, es algo realmente precioso nunca lo había visto así, creo que lo disfrutaría aún más si no estuviese tan cansado y el sol no me machacara tanto, pero a pesar de todo la belleza es insuperable.
Una revuelta más a la carretera, ahora en llano y por fin mi sueño está cumplido, por fin el Lago Ercina a la vista, que está situado a 1.121 metros de altura, es común ver rebaños de vacas pastando por aquellas praderías que rodean el lago, pero a nosotros casi no nos quedan fuerzas para apreciar tanta belleza ya llevamos 4 horas de verdadera tortura con el asfalto de la carretera, el calor y los coches, pero satisfechos por haber llegado, es la una de la tarde.
El conjunto de los Lagos de Covadonga esta formado por dos pequeños lagos el Enol y el Ercina de origen glacial, situados en la parte asturiana de Parque Nacional de Picos de Europa, en el Macizo Occidental. Existe un tercer lago, el Bricial, que solo tiene agua durante el deshielo, pero que también pertenece al conjunto.


La afluencia masiva de turistas, han obligado a limitar el número de vehículos en la zona, no obstante los Lagos cuentan con una excelente infraestructura de autobuses.
Después de 20minutos de descanso en el bar, remprendemos la marcha para visitar Las Minas de Buferrera, hoy están como museo de lo que en otros tiempos fue. Desde el lago Ercina accedemos a ellas por unos paseos hechos de madera para facilitar el paso a los visitantes. En ellas observamos el efecto que la extracción del mineral de magnesio y hierro que se llevo a cabo en el lugar, ocasionó en el paisaje. En el centro una escultura representando un minero, alguna que otra vagoneta, un cartel explicativo de la mecánica de la extracción utilizada, son los elementos que nos llamaran la atención, a través de una galería pasamos al Centro de Visitantes de Pedro Pidal , es una zona llana equipada con mesas, como área recreativa, donde a las 2 de la tarde paramos a comer, después visitamos el Centro de Interpretación de Picos de Europa, fué una pena que estuviera cerrado el edificio el que alberga la gran maqueta iluminada de los tres Macizos de Picos de Europa.
Durante la comida, recordaba lo que había leído en Internet. La historia de la explotación de las minas es de 1.844 cuando Francisco Sierra solicitó la primera denuncia denominada "Nuestra Señora de Covadonga" y algo más tarde 1.846, otra conocida como "San Pelayo". Parece ser que en algún momento de la explotación de las minas un tranvía aéreo transportaba el mineral desde las Minas de Buferrera hasta la estación de Covadonga, todo un reto en aquellos tiempos. Las minas dejaron de funcionar en 1.979.
A las tres de la tarde, nos ponemos en marcha para Covadonga, es dificil hacerse a la idea de que tenemos que bajar pero así es, aquí no podemos quedarnos, y más difícil aún poner "les patuques" en plan, para caminar de nuevo. Los primeros kilómetros hasta les Veleres no me quiero ni acordar, el sol caía sobre nosotros como plomo y aunque íbamos para Covadonga teníamos unos duros repechos que tendremos que afrontar, una vez pasados estos ya solo queda bajar, bajar, bajar...Se hace monótono y más cuando allá abajo en el fondo se ve la Basílica y parece que se aleja y no se acerca nunca.